LA MARIPOSA ESTÁ VIVA Y... LLEGANDO

Publicado en por jmpr

El 10 de Octubre de 1868, en un ingenio azucarero, en La Demajagua, cerca de Manzanillo, sonó el tañido de una campana llamando a asamblea; el sonido, relativamente pequeño, se fue amplificando hasta ser oído en el último rincón de Cuba, es lo que llamamos Grito de Yara, pues era la voz de la Campana de la Libertad y anunciaba muchas cosas importantes, pero fundamentalmente cuatro:

1.- Que el Pueblo de Cuba se declaraba independiente de la Corona Española.

2.- Que se había izado, por primera vez, una bandera, cosida por la hija del mayoral usando un vestido azul, un mosquitero rojo y una pieza de tela blanca. La costurera se llamaba Cambula Acosta Fontaine (nombre que suena a Africa y apellidos a Europa, premonitorios de la República mestiza que nacía).

3.- Que se hizo el juramento solemne de, para conseguir esa Independencia, combatir hasta, si era necesario, dar la propia vida, contra el Gobierno de España, no contra los españoles.

4.- Que todos los presentes: blancos, negros, mulatos, ricos, pobres, libres, esclavos, criollos, africanos, peninsulares, comerciantes, guajiros, hacendados, letrados, iletrados; absolutamente todos, dejaron, en ese momento, de ser llamados súbditos para ser, por primera vez, llamados ciudadanos.

Tuvieron que retirarse de la zona, pero antes, como después tuvieron que hacer muchas veces, arrasaron cuanto pudiera ser útil al enemigo e hicieron reventar las calderas del ingenio, quedando allí, tiradas en el patio, las enormes ruedas matriz y voladora de la maquinaria destinada a la pacífica producción de azúcar; la destrucción fue rematada por la artillería enemiga.

Entre los radios de esas ruedas nació un Jagüey, símbolo de la también naciente República que, como esta, con su tronco y raíces retorcidas abrazó los hierros recordando que la Libertad siempre vence a la tiranía.

Como un síntoma de lo existente, el Jagüey enfermó y murió bajo la Dictadura de los Castro, pero como un aviso de la llegada de esa mariposa de libertad que esperaba ver aparecer el comandante Gutiérrez-Menoyo (ver su testamento político), de los restos nació su hijo, que ha crecido y con su tronco y raíces sigue abrazando y venciendo al metal opresor.

Hace unos días, en un bar de Madrid, tomando, ¿cómo no?, un mojito, la camarera que me atiende me habla y me quedo mirándola. Una muchachita de alrededor de veinte años, delgadita, mulata clara, pelo rizado en melena corta.

  • ¿De dónde tú eres?
  • De La Habana.
  • ¿De qué parte?
  • De … (no demos más detalles, la Seguridad del Estado tiene ojos pequeños, pero penetrantes, como los caimanes de Zapata)
  • Mujer, ¡si yo soy de la Avenida de El Cerro!

Así continuó la conversación, constantemente interrumpida por su trabajo. En un momento le enseño una foto de la época de la guerrilla y, mirándola, me dice:

  • Este es Gutiérrez-Menoyo, pero no se si es el comandante Eloy o su hermano, el comandante Carlos (primera vez que oigo darle la graduación militar).
  • Es Eloy. Ha muerto en La Habana hace algo más de año y medio, casi dos. Carlos murió…
  • Lo sé en el Asalto a Palacio. Los dos eran del Directorio y anticomunistas.
  • ¿Cómo una muchacha de tu edad sabe esas cosas?
  • Es que la escuela donde estudié se llama Carlos Gutiérrez-Menoyo y, un día, me di cuenta que las explicaciones que nos daban sobre su vida no “cuadraban”; así que, desde entonces, intento buscar toda la información que puedo sobre los dos.

No pudimos hablar mucho más por su trabajo, pero me di cuenta que ahí estaba la mariposa de Menoyo, pues ¿qué otra cosa es Cuba más que una linda mulatica, delgadita y simpática buscando la verdad sobre el pensamiento político de los Gutiérrez-Menoyo, José Antonio Echevarría, Joe Westbrook, Huber Matos, Frank País, Vaquerito, Camilo Cienfuegos y tantos otros; la verdad sobre el Moncada, Palacio, Humboldt 7, Goicuría, Escambray, Santa Clara, etc.?

Mientras entre Guanahacabibes y Punta de Maisí, entre Cayo Jutía y Nueva Gerona o en cualquiera de las ciudades del exilio económico o político, haya una sola muchachita que pregunte y busque, la campana de La Demajagua seguirá sonando convocando a los ciudadanos no a los súbditos.

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M
Que una muchachita veinteañera emigrada tenga esas motivaciones, me parece algo grandioso. No son muchos en el exilio los que tienen tiempo para dedicarse a estas búsquedas históricas. La mariposa se multiplica, que bien!!!!
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J
Lo olvidaba, muchas gracias por tu comentario.
J
Cuba es grandiosa en sus gentes, especialmente en sus mujeres, recordemos a Yoani Sánchez, Tania Bruguera y tantas otras.<br /> Es más frecuente de lo que pensamos que uno de los cubanos &quot;de dentro&quot; de pronto viva algo y, aunque sea un fiel seguidor de &quot;la revolución&quot;, sienta que ese algo &quot;rompe&quot; en pedazos su razonamiento y se de cuenta que vive bajo una dictadura.<br /> Ahora recuerdo a Mirta Ojito, otra muchachita habanera, deseosa de aprender periodismo. Consiguió asistir a una entrevista a Fidel Castro hecha por una periodista americana, y, de pronto, se dio cuenta que el &quot;gran conversador&quot; pasaba por alto una repuesta directa a una pregunta: &quot;Sr. Presidente, ¿cual es hoy la situación de los presos políticos en Cuba?&quot;<br /> Un resorte &quot;salto&quot; en su cabeza: ¿En mi Patria hay presos políticos?... entonces esto es una dictadura.<br /> Poco después estaba dándose de codazos con otros miles en el Puerto de Mariel para buscar algo que flotase y la llevase 90 millas más allá.<br /> Ahora es periodista, y de las buenas, vive &quot;a caballo&quot; entre NY y La Coruña (España), es redactora del New York Times, profesora de la Universidad de Columbia y Premio Pulitzer año 2001.